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A vueltas con el Estado de Derecho

La existencia de un ordenamiento jurídico no es suficiente, por sí mismo, para asegurar un sistema verdaderamente democrático

Durante la IX Legislatura del Parlamento de Cataluña, culminada con la debacle electoral de Artur Mas y Convergència i Unió (CiU), hemos vivido el primer episodio de la travesía a Ítaca en el buque fantasma fletado por el recién reelegido President de la Generalitat.

Esta épica aventura busca su raíz en el pasado, invocando su legitimidad en base a supuestos derechos derivados de la época medieval y afianzados en la Guerra de Sucesión, con el 11 de septiembre de 1714 como hito primordial profusamente celebrado. Artur Mas ha fletado la nave aprovechando la falta de cohesión nacional tras más de tres décadas de democracia constitucional, fruto de la erosión nacionalista pero también de la dejación de los sucesivos gobiernos de España, que han primado el interés partidista a la defensa de derechos fundamentales y del interés general.

Durante siglos, Cataluña ha sufrido las mismas vicisitudes que el resto de España. En 1978, tras cuatro largas décadas de dictadura, la Constitución Española devolvió la soberanía nacional al conjunto del pueblo español. Pero en una nación constitucional cuyos máximos dirigentes dan por discutible el concepto nación, no es raro que los separatistas estén forzando la máquina para conseguir trocear la soberanía y romper la unidad nacional.

El actual marco constitucional permite homologar al Estado español como un Estado de Derecho, capaz de asegurar la igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades para el conjunto de la ciudadanía. Sin embargo, la deslealtad institucional practicada impunemente por el separatismo, especialmente en Cataluña, puede convertir a España en un simple Estado con Derecho.

La existencia de un ordenamiento jurídico no es suficiente, por sí mismo, para asegurar un sistema verdaderamente democrático. La Historia está llena de ejemplos. Es cosa de todos, pero hemos de tenerlo claro: no puede haber democracia sin Estado de Derecho.

Matías Alonso

(Publicado en La Gaceta el 30-12-2012 )

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