Una Cataluña bilingüe, una escuela bilingüe
Han quedado lejos los tiempos en que los españoles acometimos la liquidación del régimen franquista -el que llamaban Movimiento Nacional- y nos dimos una Constitución que abría las puertas a la libertad, a la igualdad de oportunidades y a la participación efectiva en la política para todos los españoles, sin excepción.
En aquellos albores de la restitución de la democracia, en la recién estrenada Comunidad Autónoma de Cataluña los políticos, especialmente los integrados en la federación de partidos que conforman Convergència Democràtica de Catalunya i Unió Democràtica de Catalunya (CiU), eran conscientes de la composición sociológica de la población catalana.
Como no podía ser menos, la transferencia competencial incluyó la educación. Por aquel entonces la federación de partidos en la que se sustentaba el gobierno de Jordi Pujol al frente de la Generalidad de Cataluña primaba en este campo la eficacia y la necesidad pedagógica a la actualmente vigente “construcció nacional“. Como decía con frecuencia el Molt Honorable, parecía que “ara no toca“.
Los diarios de sesiones del Congreso de los Diputados recogen las intervenciones de Ramon Trias Fargas, diputado de CDC, en las que pedía “el bilingüismo” para que los alumnos tuvieran “oportunidades iguales”, haciendo la enseñanza del catalán y del castellano “obligatoria para todos los que viven en Cataluña”. Este planteamiento, preñado de lógica, buscaba la verdadera igualdad de oportunidades y el conocimiento de ambas lenguas oficiales por parte del alumnado catalán, asegurando el éxito en el aprendizaje al utilizar ambas lenguas en la enseñanza.
El propio Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), de la mano de Marta Mata, defendió con ahínco el aprendizaje en las dos lenguas. La pedagoga recordaba su niñez, en plena época republicana, en la que disfrutó de “un aprendizaje en las dos lenguas sin ninguna clase de conflicto”. Sin embargo, desde principios de la década de los ochenta del pasado siglo ambas formaciones políticas han ido abandonando de forma sistemática este modelo, imponiendo el catalán como única lengua vehicular en la enseñanza, aplicando la inmersión lingüística a los alumnos que tienen el castellano como lengua materna.
Esta aberración pedagógica, plausible en los resultados de la evaluación de la enseñanza plasmada en los sucesivos informes PISA, se ha impuesto en Cataluña como un dogma de fe, con el falaz argumento de que la inmersión lingüística -que solo padece algo más del 50% del alumnado- es un factor de cohesión social. La realidad, también expresada reiteradamente, es que es un instrumento necesario para construir una nación y cambiar el verdadero hecho diferencial catalán: el bilingüismo efectivo de la mayoría de su población.
Este empeño nos mantiene lejos de lo que podríamos llamar cohesión social. Antes al contrario, la inmersión para los alumnos castellanoparlantes supone un grave factor de desigualdad -ya lo intuía Trias Fargas- que ocasiona un mayor fracaso escolar en este colectivo, cercano al 40% de ese alumnado. Poco les importa a los partidos que defienden a capa y espada la inmersión, más preocupados en el cambio sociológico por forzamiento que en la defensa de los derechos individuales de alumnos y padres y en otorgar a nuestros niños y jóvenes una verdadera igualdad de oportunidades.
Ciudadanos conjuntamente con Ágora Socialista, Asociación por la Tolerancia y Convivencia Cívica Catalana, hacemos un llamamiento a la sociedad civil, a las entidades y a los demás partidos que en Cataluña defienden la aplicación efectiva de una enseñanza bilingüe, en la que ambas lenguas oficiales sean vehicularesen consonancia con la doctrina constitucional y en cumplimiento de las reiteradas sentencias del Tribunal Supremo, en salvaguarda de los derechos individuales de padres y alumnos y tutelando la oferta de una verdadera igualdad de oportunidades en el proceso educativo de nuestros niños y jóvenes.
Los convocantes pedimos a la sociedad civil, a las entidades y a los partidos convocados (PP y UPyD) que se adhieran a la convocatoria, que apoyen esta iniciativa y que acudan el próximo sábado, 21 de abril, al Teatro Goya de Barcelona, en el que celebraremos un acto reivindicando para que se respete y aplique el verdadero hecho diferencial catalán, el bilingüismo social, en el sistema educativo público de Cataluña, conforme a la doctrina del Tribunal Constitucional y a la jurisprudencia del Tribunal Supremo.
‘Una Cataluña bilingüe, una escola bilingüe’. Porque es lógico social y pedagógicamente y porque es de justicia.
Matías Alonso
Publicado en La Voz de Barcelona el 19 de abril de 2012