Opciones personales
No me refiero a Artur Mas, actual cabeza visible de CDC, que ha optado por lo que él llama «refundar el catalanismo», que en su brindis al sol clama por un futuro «govern de concentració nacional». Arturito sigue aplicadamente las directrices marcadas otrora por su maestro, don Jordi. En su discurso actual insiste en primar la construcción nacional, que ni ha dado ni dará los resultados deseables y deseados por la ciudadanía. Al menos tuvo la delicadeza de no castigar con su discurso a los representantes del PP y de Ciutadans, ligeramente disidentes con la ola de nacionalcatalanismo que nos invade y que nos pretende avasallar.
Me refiero a Herr Montilla, secretario general del PSC y president de la Generalitat de Catalunya. José Zaragoza, ahora probablemente Josep Saragossa, le disculpa: «una cosa son las opciones personales y otras las políticas». Tiene razón. Uno puede militar en la izquierda progresista y solidaria, montarse la vida a cargo de la cosa pública, y también, ¿por qué no?, optar por enviar a los hijos (propios) al Colegio Alemán que, aunque privado, ofrece mayores garantías para escapar del fracaso escolar.
El president Montilla no es el único responsable de la situación actual del sistema educativo catalán. La cosa viene de lejos. Pero Herr Montilla no está haciendo, ni por asomo, lo que debería hacer para sacar a muchos escolares catalanes, niños y niñas residentes en esta Cataluña nuestra, del pozo del fracaso al que les condena un sistema que prima oscuros intereses partidistas sobre sus propios intereses y los de sus familias.
Pero el president, como muchos miembros de la oligarquía política profesional catalana, ha optado por anteponer sus intereses personales a sus convicciones políticas, que supongo que las tiene. Ya se sabe (o se sabía) que una cosa es predicar y otra dar trigo.
Matías Alonso